
La idea original de este cartel teatral parte del gran ilustrador y amigo Javier Solchaga, que concibió la escoba como figura simbólica para representar la obra. A partir de ese concepto inicial, desarrollé todo el trabajo de dirección de arte, fotografía, retoque digital y diseño gráfico para este proyecto de diseño teatral, dando forma a una imagen que rehúye lo literal para construir un icono cargado de ambigüedad.
Me gusta especialmente colaborar con amigos porque me siento más libre para explorar y aportar ideas sin las limitaciones habituales de un encargo comercial. Cuando además la idea es tan buena y tan potente como esta, la involucración es total. En este caso, incluso me llevó a buscar un nuevo palo de escoba: uno que tuviera una apariencia clásica, hecha a mano, usada y desgastada, que dotara al objeto de credibilidad.
El resultado fue una escoba convertida en personaje, dotada de melena, rostro oculto entre las cerdas y ataduras que la humanizan, que funciona como un tótem ritual. Suspendido en un espacio negro, inquietante y magnético, este objeto condensa la tensión dramática que atraviesa la obra de Arthur Miller: la caza de brujas como metáfora del miedo colectivo, la represión social y la manipulación de la verdad.
El diseño tipográfico refuerza esa atmósfera con sobriedad: el rojo sobre negro del título subraya la violencia latente, mientras la jerarquía de textos mantiene la claridad sin competir con la potencia visual del elemento central.


Es una de las piezas más célebres de Arthur Miller. Escrita a mediados del siglo XX, está inspirada en hechos reales ocurridos en la ciudad de Salem a finales del siglo XVII, cuando decenas de mujeres fueron acusadas de brujería y ejecutadas. Miller utilizó este episodio histórico como alegoría del macartismo y de las cazas de brujas políticas de su tiempo, denunciando cómo el miedo y la mentira pueden arrasar con la libertad individual.
En esta ocasión, la obra fue adaptada y dirigida por Paco Formento para el segundo curso de la Escuela Municipal de Teatro de Zaragoza. Esta producción teatral subrayó la vigencia de las preguntas que plantea el texto: ¿siguen existiendo “cazas de brujas” en nuestros días? ¿Seguimos creyendo ciegamente a quienes mienten con apariencia de verdad?
El cartel busca reflejar esa misma tensión: un símbolo inquietante y ambiguo que no solo anuncia una función teatral, sino que deja una huella en la memoria del espectador.

Objeto original, creado por Javier Solchaga, con el que desarrollamos las primeras pruebas de cartel.

La idea original de este cartel teatral parte del gran ilustrador y amigo Javier Solchaga, que concibió la escoba como figura simbólica para representar la obra. A partir de ese concepto inicial, desarrollé todo el trabajo de dirección de arte, fotografía, retoque digital y diseño gráfico para este proyecto de diseño teatral, dando forma a una imagen que rehúye lo literal para construir un icono cargado de ambigüedad.
Me gusta especialmente colaborar con amigos porque me siento más libre para explorar y aportar ideas sin las limitaciones habituales de un encargo comercial. Cuando además la idea es tan buena y tan potente como esta, la involucración es total. En este caso, incluso me llevó a buscar un nuevo palo de escoba: uno que tuviera una apariencia clásica, hecha a mano, usada y desgastada, que dotara al objeto de credibilidad.
El resultado fue una escoba convertida en personaje, dotada de melena, rostro oculto entre las cerdas y ataduras que la humanizan, que funciona como un tótem ritual. Suspendido en un espacio negro, inquietante y magnético, este objeto condensa la tensión dramática que atraviesa la obra de Arthur Miller: la caza de brujas como metáfora del miedo colectivo, la represión social y la manipulación de la verdad.
El diseño tipográfico refuerza esa atmósfera con sobriedad: el rojo sobre negro del título subraya la violencia latente, mientras la jerarquía de textos mantiene la claridad sin competir con la potencia visual del elemento central.


Es una de las piezas más célebres de Arthur Miller. Escrita a mediados del siglo XX, está inspirada en hechos reales ocurridos en la ciudad de Salem a finales del siglo XVII, cuando decenas de mujeres fueron acusadas de brujería y ejecutadas. Miller utilizó este episodio histórico como alegoría del macartismo y de las cazas de brujas políticas de su tiempo, denunciando cómo el miedo y la mentira pueden arrasar con la libertad individual.
En esta ocasión, la obra fue adaptada y dirigida por Paco Formento para el segundo curso de la Escuela Municipal de Teatro de Zaragoza. Esta producción teatral subrayó la vigencia de las preguntas que plantea el texto: ¿siguen existiendo “cazas de brujas” en nuestros días? ¿Seguimos creyendo ciegamente a quienes mienten con apariencia de verdad?
El cartel busca reflejar esa misma tensión: un símbolo inquietante y ambiguo que no solo anuncia una función teatral, sino que deja una huella en la memoria del espectador.

Objeto original, creado por Javier Solchaga, con el que desarrollamos las primeras pruebas de cartel.
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